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El nuevo chupete electrónico de los argentinos

En la década pasada el chupete electrónico lo constituía el televisor.

Un nuevo enganche electrónico lo destronó: el celular. Los alcances y perjuicios que acarrea a la ida de los argentinos los riesgos y los pocos aportes productivos.

Décadas anteriores el televisor era la reina del hogar. Después de haber destronado a la radio ganó espacio en los hogares y fue difícil desposeerse de su influjo.

Sin embargo su reinado no sería permanente en un mundo tan versátil .Pronto el reemplazo vendría de la mano de las nuevas tecnología, en este caso de los dispositivos móviles.

Cuantas personas almuerzan con el celular al lado?

Una gran cantidad de personas duerme con el celular encendido sobe la mesa de luz.

El celular se convirtió en un objeto indispensable para el argentino que sobrepaso los límites de importancia.

Es verdad que los dispositivos móviles te acercan a un mundo lejano, pero según algunos psicólogos también te alejan de los más cercanos.

Todo trabajador cumple 8 horas diarias de trabajo fuera de casa, sin embargo el momento de regreso a casa suele tardar más horas si tenemos en cuenta que una vez en sus hogares las personas siguen distantes mediante el celular.

El dialogo entre las personas cara a cara comienza a ser algo secundario ante el bombardeo de las miles de aplicaciones diarias que hay para entablar diálogos.

Los padre que desean calmar los berrinches de los niños o aquellos que desean aplacar los deseos desmedidos de los sus hijos intentan sobornarlos a base de Smartphone. Esto supone un mal uso de la tecnología que deriva en la formación de una generación que prioriza la individualidad antes que el dialogo fluido entre padres e hijos o entre sus propios pares.

Más allá que los psicólogos y Sociólogos ven con desconfianza el uso desmedido de los dispositivos móviles como objetos que hacen peligrar el dialogo, no descartan la importancia social que tienen como medio tecnológico que facilita el encuentro y acorta las distancias.

Diferentes psicólogos coinciden que la introducción de estos objetos a la sociedad de las nuevas generaciones debe ser lenta. Lo recomendable es que los niños menores de 2 anos no tenga acceso aún a este tipo de tecnologías.

"El cerebro de los chicos, en pleno desarrollo, necesita de los estímulos sensoriales; de lo real. Al ver rodar una pelota, el chico aprende todo el proceso, puede tocarla incluso. Si la ve en una pantalla, sólo ve algo bidimensional, no elabora el pensamiento simbólico", sostiene el médico pediatra Guillermo Goldfarb, responsable de Informática Médica del Hospital Gutiérrez y miembro del Grupo de Trabajo en Tecnologías de Información y Comunicación de la Sociedad Argentina de Pediatría.