Argentino como nosotros, el tango es el mayor representativo de la cultura Argentina. Trasciende fronteras y nos identifica mundialmente. Hoy lidia con la ingratitud y el vago recuerdo.
El tango es uno de los bailes más populares de los argentinos .Sin embargo son pocos los espacios porteños que aún conservan con devoción intacta su recuerdo.
Uno de los barrios caracterizados por la inmortalidad del tango es Boedo. En sus esquinas tradicionales de San Juan Y Boedo siguen vivas las historias del arraval porteño.
Los turistas extranjeros suelen mostrar interés en el café "Esquina Homero Manzi declarado sitio histórico Nacional por el Gobierno de la Ciudad, quien además la denomino "Paseo de Tango" por excelencia.
Tomar un café en ese lugar, es emocionarse con la magia de la cultura argentina, y enfrentar el recuerdo vivo de los compositores tangueros.
Boedo está lleno de historia argentina. Transitar sus calles es atreverse a penetrar en lo más puro de la cultura argentina y familiarizarse con sus costumbres y mitos..
No sólo el café de Homero Manzi mantiene vivo el recuerdo del tango, en peligro de extinción .En el pasaje San Ignacio, nos encontramos con el café Margot, un lugar donde resuenan las historias y las conversaciones de los intelectuales de principio del siglo pasado.
Boedo se esfuerza por el acercamiento a las raíces. Para ello organiza clases de bailes y encuentros destinados a la difusión del buen tango. Por ejemplo en las avenida San Juan al 3300, funciona Boedo Tango, uno de los clubes temáticos más importantes de la zona. En el no solo se accede a las mencionadas actividades relacionadas al tango, sino