Elena Lucena, personalidad destacada de Boedo

Considerada una de las actrices más prestigiosa del Cine Argentino. Elena Lucena inició su brillante carrera en 1930 que la llevó a disfrutar del éxito y el reconocimiento de todos los artistas porteños tras su fallecimiento. Un recorrido breve por la vida de una personalidad mimada del barrio de Boedo

Condujo radio en la década del 30 y filmó más de 40 películas. Sin embargo el éxito jamás le hizo olvidar a su Boedo querido, barrio que la vio nacer un 25 de septiembre de 1914 donde paso los momentos más inolvidables de su niñez que la marcaron eternamente.

No vivió allí hasta el fin de sus días, porque más tarde se trasladó con su familia a Villa Lugano.

Chímbela sería el personaje que marcarían el inicio de su prestigiosa y elaborada carrera artística al integrar el grupo Estampas Porteñas. Chimbela era un personaje imborrable de la memoria de todo seguidor de Elena, era dulce inocente carismático del que poco se sabía pero que conquistaba con su voz la audiencia.

Se destacó además en teatros nacionales y conquisto con su actuación los escenarios internacionales de México, Cuba, Venezuela España y Brasil.

En televisión brillo con personajes centrales que conquistaron a la décadas siguientes en las novelas como Piel Naranja, Pan Caliente y 099 central que obtuvieron un rating interesante en su momento.

Tras su larga trayectoria, en 2010 fue convocada para trabajar con Antonio Casalla y Graciela Borges en dos hermanos. Daniel Burman, productor del film felicitó la participación de Elena y manifestó su orgullo de que formara parte del elenco. Sin embargo, aquella fue su última participación cinematográfica.

En 2006 fue galardonada por su trayectoria artística y el aporte cultura que brindo con su labor a la Ciudad de Buenos por lo que obtuvo el reconocimiento de "personaje ilustre de la Ciudad porteña"

Afortunada como pocos, sencilla, carismática, profunda, talentosa, Elena Lucena será recordada siempre entre las voces más representativas del país.

Junto al cariño de sus pares artísticos y de sus familiares más cercanos, luego de haber transitado por la vida de una manera afortunada y libre, viviendo de lo que amaba y recibiendo en sus pasos el reconcomiendo a su talento, Elena se despidió del mundo, tras una corta enfermedad, producto de su estado de edad avanzada.

Madre de una sola hija, se sintió agradecida hasta sus últimos días por la posibilidad de haber vivido 101 años de intensidad y emoción, acompañada por sus afectos más sinceros, como su hija y biznieto, y destacó la entrega y sacrificio como fundamentos necesarios para el éxito, características sumadas a su talento que la posicionarían como unas de las artistas más destacadas de la Argentina.