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Buenas noticias para niños con cáncer

Los especialistas indican que el 80% de los niños con cáncer se curan. Los bloqueos mentales de los mayores que no contaminan la fe de los más chicos. Los detalles. La enfermedad más temida de todas parece no ser tan grave para los niños. Resulta que la cuestión mental sería indispensable para la sanación, según los expertos. Los mayores parecen asustarse ante el primer diagnostico y afectan doblemente al organismo. Sin embargo el desconocimiento de la gravedad y la inocencia de los niños no produce esta reacción por lo que el 80% de los casos suelen superarse con éxito. Una cifra elevada si consideramos que es una de las enfermedades más temidas del mundo. Cada año entre 1.300 y 1.400 niños son diagnosticados con cáncer en nuestro país. El tipo de cáncer más común en los niños es la leucemia linfoblástica aguda. De éste numero el 80% de ellos con el tratamiento adecuado suelen salvar sus vidas sin posteriores complicaciones. En el Hospital Garrahan se trata un tercio de los casos de cáncer infantil que se producen en el país. La leucemia es el tipo más común, seguido por los tumores del sistema nervioso central, y los linfomas de Hodgkin y no Hodgkin. Si bien es verdad que el cáncer pediátrico no es prevenible y hasta se desconocen las causas lo cierto es que detectado a tiempo puede ser reversible el diagnóstico. Los avances que se han registrado en este aspecto muestran una verdadera evolución de la ciencia a favor de los tratamientos oncológicos. Tratamientos como radioterapia o quimioterapia poseen pautas cada vez más controladas y adecuadas según la neoplasia de cada paciente. Hoy, la tasa de sobrevida de las personas que enfrentan los tratamientos adecuados supera el 70%, lo que implica que la mayoría de los pacientes puede curarse. En Argentina, en 2000 se creó el Registro Oncopediátrico Hospitalario Argentino para conocer la incidencia del cáncer infantil. Lo más afectados son los menores de 15 años. Sin embargo en este sentido la mortalidad infantil se ha reducido significativamente. “En 2000, de los 1.300 chicos que empezaron el tratamiento en el primer año se morían 260. En 2012 fallecieron 130. Es decir, se redujo 50% la mortalidad por cáncer infantil en el primer año tras el diagnóstico”, le explicó Marcelo Scopinaro, presidente del Consejo de Administración del Hospital Garrahan.