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El mito de la media naranja, cada vez más lejos de la realidad

El amor y sus idas y vueltas siempre han generado muchos interrogantes. La cuestión de si existe o no el ideal de persona que buscamos es una pregunta que todos nos hacemos en el fondo. ¿Existe o no en alguna parte del mundo esa persona que viene a complementar nuestra otra mitad? Los detalles. Los psicólogos insisten en que la media naranja no existe. Solo se trata de ilusiones y anhelos que se basan en un idealismo superfluo respecto a la personalidad del otro. Todos los seres humanos tenemos defectos. Algunos más otros menos…pero todos tenemos defectos. De lo que se trata según los psicólogos es de encontrar la persona cuyo defecto no nos sea tan grave. La idea de pareja perfecta es solo un esterotipo formado mentalmente que corresponde a una idea del pasado según los psicólogos. Aunque apostar al amor sea siempre lo más sanador del mundo, el idealismo puede ser muy perjudicial. En la película “me casé con un boludo” se vive la historia cinematográfica de una situación que sucede a menudo y es la responsable de la separación de muchas parejas en la actualidad… “Cuando me enamoré de él era un tipo libre, divertido, me contaba un millón de anécdotas. Y de golpe hoy lo vi en la pantalla y me di cuenta de que me enamoré del personaje. Me casé con un boludo!”, exclama el personaje de Valeria Bertucelli, entre lágrimas, antes sus amigos. La película más vista del año pasado genero mucha polémica debido a la realidad de los estereotipos, el personaje que construimos y la relación de pareja. Según los expertos la felicidad consiste en aceptar las imperfecciones del otro. Los sociólogos insisten en la idea de que el vinculo sano se construye a través de la aceptación, el dialogo y el conocimiento continuo del otro. Esto se logra estando atento a las inquietudes del otro, a las necesidades y demandas. “Es un error esperar que el otro colme nuestra falta”, concluye Krieger, derribando también el mito de la media naranja. Todos tenemos luces y sombras. El amor tiene que ver con la aceptación de la sombras del otro. Si la sociedad evolucionara hacia un autoconocimiento más profundo, dejarías de esperar que el otro llene espacios que solo nos corresponde a nosotros mismos. Una vez sentida la completad podemos buscar en el otro un compañero con quien seguir aprendiendo y caminando por la vida.