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Siglo XXI: hiperconectividad y el régimen a full como estilo de vida.

Entre las muchas particulares de este siglo y la gran cantidad de avances hay algunos retrocesos que merecen atención: El strees como síndrome obligatorio, la hiperactividad como estilo inherente  y la falta de tiempo como obligatoriedad.

Entre los muchos avances tecnológicos y la conquista de los derechos, la contemporaneidad trajo aparejado cambios en la personalidad de las nuevas generaciones en la que el stress parece ser el foco consecuente.

Recientes investigaciones sociales afirman que una persona revisa el celular de 80 a 110 veces por día. El síndrome de lo inmediato y de la comunicación cada vez más distante  es uno de las grandes conquistas  de la era del teléfono móvil.

Las reuniones reemplazada por lo audios de whatsApp , los trabajos se solucionan con un archivo colaborativo y los encuentros cara a cara son cada vez más esporádicos. Todo es urgente, y la vorágine diaria lleva a suprimir el contacto personal.

Otra de las grandes conquistas del siglo XXI fue el tiempo. Algo parece devorarse al mismo y nunca es suficiente.¿Por qué vivimos apurados? “Existe una saturación de comunicación y de exigencia. Con las aplicaciones y las redes sociales hay una sobre estimulación y en 24 horas no se llega a responder a todos los estímulos de trabajo, familiares y sociales -explica la psicóloga Belén Igarzabal, directora de Comunicación y Cultura de Flacso-. Hay dos factores que influyen en este aceleramiento: las tecnologías que van penetrando todas las actividades y la posibilidad de estar hiperconectados”.

El celular está en el centro del ring por el combate de la atención. El teléfono es la solución inmediata para diversas obligaciones, pero también uno de los problemas. Según la consultora TrialPanel, el 80 por ciento de las personas se conecta a Internet desde ese dispositivo y un 90 utiliza las redes sociales. ¿Cuántas veces lo desbloqueás? Distintos estudios marcan que los usuarios revisan entre 80 y 110 veces por día su aparato.

La ansiedad se genera y otra vez por la urgente necesidad de obtener respuestas inmediatas.La híper velocidad de los estímulos y la necesidad de respuesta inmediata modificó la percepción del mundo. Las urgencias cotidianas son para ayer y la escasez de tiempo es un lugar común en el que caen las conversaciones de ascensor. En ese sentido, el Centro de Investigación Pew, con sede en Washington, informó que nueve de cada diez madres trabajadoras de los Estados Unidos se sentían apuradas todo el tiempo.

Entre los defensores de la comunicación virtual muchas aseguran que no representa un retroceso en el contacto con el otro sino que los refuerza. Si tenemos en cuenta la existencia cada vez mas abaryica de los emotiones entenderemos quizás el objetivo de los mismos: acercarse cada vez más a la comunicación face to face.

“Es paradójico porque estamos mucho más conectados. Pero, por otra parte, lo que se elimina es el contacto físico y personal. El cuerpo queda en el segundo plano”, dice Luis Diego Fernández, profesor de la Universidad Di Tella.