En 60 días se logró la clausura de 5 talleres clandestinos. La persecución policial a una problemática que perjudica a todos
Flores es uno de los barrios porteños que mayor preocupan al Gobierno de la Ciudad en cuanto a la gran cantidad de talleres clandestinos en la zona. Para ello, operativos policiales comenzaron un trabajo conjunto para poder dar con los responsables y avanzar en la localización y clausura de los mismos.
La tragedia sucedida en Abril pasado desató una polémica respecto a la responsabilidad social con el drama del trabajo en negro. Mediante los operativos montados en los últimos dos meses muchos de ellos fueron localizados y sancionados, mientras que los trabajadores esclavos fueron liberados.
En lo que va del mes se clausuraron dos talleres textiles radicado en Flores, donde se secuestraron además importantes documentaciones que comprometen a los responsables.
La mayoría de los talleres clandestinos encascaran la fachada del inmueble y pocas personas conocen la entrada. Generalmente son espacios chicos y pocos ventilados donde los trabajadores en su mayoría bolivianos, paraguayos y peruanos trabajan bajos condiciones de explotación total.
En Agosto pasado, los talleres de las calles Manco Capac al 1440 y el de Pergamino al 1600 que ya habían sido clausurados anteriormente volvieron a caer en manos de la justicia a través de una denuncia que los vincularía con la trata de personas.
La situación de los talleres que reinciden en el delito cada vez preocupa más a las autoridades porteñas. A unas pocas cuadras del taller de Flores en el que trágicamente perdieron la vida 2 niños, en Agosto pasado se encontraban funcionando un taller clandestino. Las autoridades que actuaron en el procedimiento encontraron a los trabajadores en plena actividad bajo condiciones insalubres. Este taller ya había sido clausurado en 2010 y reincide en el delito.
Las nuevas estrategias policiales pasarán por la implementación de sanciones más fuertes para evitar la reincidencia en los mismos y continuos allanamientos en los lugares ya clausurados como método de control.
Este tipo de negocios produce mensualmente alrededor de 1 millón de pesos, y es uno de los negocios más fructíferos en los últimos años en la Ciudad de Buenos Aires. En su mayoría se trata de la industria textil por lo que los elementos con frecuencia secuestrados corresponden a máquinas de coser, bultos de ropas fabricadas imitando las grandes marcas y telas provenientes de otros países.